sábado, 17 de enero de 2009

AUTOBUSES POLÉMICOS





Desde hace unas semanas, ni Obama, ni la crisis, ni el cambio climático; el tema al que todos los periódicos y revistas, tanto digitales como en formato tradicional, han dedicado unas páginas es el de la polémica de la publicidad atea en los autobuses. La idea viene desde Londres, donde la periodista Ariane Sherine se topó con un autobús decorado con citas bíblicas y alusiones a una web evangelista, tales como: “El que no sea creyente se quemará en el infierno”. Entonces decidió lanzar un llamamiento a través del diario “The Guardian” para pagar una publicidad atea en un autobús. En una entrevista realizada por el país, Ariane dice que pensaba que la gente no se lo tomaría en serio, y ella misma lo planteó medio de broma. Asombrosamente, empezó a recibir respuestas de los lectores y actualmente lleva recaudadas 140.000 libras.

En nuestro país, en concreto en Fuenlabrada (Madrid), están circulando desde el pasado mes de diciembre unos autobuses con el lema “Dios sí existe”. Se pretende que el 26 de enero, comiencen a circular por Madrid y Barcelona otros con la misma frase que los londineneses: “Dios probablemente no exista. Ahora deja de preocuparte y disfruta de la vida”. Ante esta propuesta de la Unión de Ateos y Librepensadores (UAL), la asociación E-cristians contraataca con una nueva campaña que utilizará la frase de Gandhi “Cuando todos te abandonan, Dios sigue contigo”. Además, el partido Alternativa Española (AES) financiará una nueva campaña de publicidad con el lema “Dios existe, confía en El”, a partir del 26 de enero, el mismo día que se inicia la campaña "pro atea". Esta organización ha hecho público que se manifestaran el 23 de enero, a las 19.30 horas, en las puertas del Ayuntamiento de Madrid "como señal de protesta por la campaña que los ateos desarrollarán en los autobuses urbanos de la capital".

AES explicó que el sentido de esta concentración es pedirle al alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, que intervenga "como autoridad municipal" y recordarle que "está ahí con el voto de miles de católicos". "El silencio es el mejor modo de colaborar a la progresión del laicismo en España", recordaron.

Personalmente me parece un auténtico atentado contra la libertad de expresión la postura tomada por dicha organización. Además la necesidad de estos grupos católicos de contraatacar con nuevas campañas suena un tanto alarmista y pueril. Parece que tienen miedo a que la gente piense y se replantee sus creencias.

En una sociedad donde la gente (especialmente la gente joven) apenas si se plantea a fondo ciertas cuestiones, es una estupenda iniciativa llevar a un ámbito urbano estos mensajes, que aunque quizás no cambien la forma de pensar de las personas puede que al menos las obligue a reflexionar.

La polémica está servida.

Raquel Silva

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